jueves, 25 de junio de 2009

“La noche que el Mundo Entero se desvaneció”


Bs. As. en el año 2345. Es una noche oscura y húmeda como cualquier otra de la estación única del año. Las calles están desiertas. No hay ni siquiera un perro surcando el centro de la ciudad. No hay tampoco luz alguna iluminando la noche. Son las 3am: Un sonido molesto comienza a esparcirse en el aire, es el sonido de la electricidad, que rompe el silencio reinante, y entonces las luces de la avenida Corrientes comienzan a encenderse, desde ambos extremos de la misma hacia la Av. 9 de Julio, acabando con la oscuridad anterior. El Obelisco ya no se eleva en el centro de “La Av. más Ancha del Mundo”, en su lugar hay un gran hoyo negro de profundidad desconocida, de obscuridad plena y absoluta.

Los negocios y locales de Corrientes que acaban de prender sus luces abren sus puertas, y de su interior comienzan a surgir parcas figuras humanas. La gente, en su mayoría adultos visten de negro o gris, las mujeres visten largas polleras, y gran parte de los hombres usa sombrero, incluso algunos llevan galeras; pero todos, TODOS los seres que comienzan a salir a las calles, llevan un paraguas negro en la mano, el cual usan cual bastón. En principio parecen confundidos, desorganizados, pero enseguida, en ambos extremos de la avenida, la gente comienza a formarse en filas, muchas filas, una al lado de la otra, y permanecen callados, ni un sonido sale de sus labios.

De repente, y todos al unísono, comienzan a marchar hacia la 9 d Julio. Una vez allí, la multitud de silenciosas personas, se organiza en forma “espiralada” alrededor del Gran Hoyo Negro que hay donde alguna vez se erguía el Obelisco.

La muchedumbre permanece inmóvil, imperturbable, hasta que de pronto comienza a resplandecer una luz anaranjada en el interior del hoyo, la luz incrementa su intensidad, cada vez más y más rápido. Una Enorme Esfera Naranja sale del interior, y se eleva hacia el cielo, mientras las personas allí presentes la miran con sus ojos bien abiertos, pero carentes de expresión o emoción alguna.

Entonces, un gran diluvio cae sobre la ciudad súbitamente, y cada una de las personas abre sus paraguas de manera casi coreografiada. Ahora todos están con sus paraguas abiertos, y la luz de la esfera se refleja en estos, formando un gran espiral naranja.

El “ente” naranja comienza a moverse en dirección sur por el “eje” de la Avenida 9 de Julio, y la multitud se desenrosca cual serpiente, y es guiada por su líder esférico.


En el espacio: Un mono chimpancé ciego monitorea desde un satélite en órbita al “ganado” de paraguas que es “arreado” hacia el Sur a través de la Tormenta, cruza el Puente Pueyrredón, y sigue su marcha por la Avenida Mitre de Avellaneda.


Finalmente la Gran Esfera se detiene sobre el Estadio Racing Club, y la multitud ingresa en este destruido lugar, mientras la lluvia desaparece paulatinamente, y las personas cierran sus paraguas.

La esfera brilla ahora con mayor intensidad, su luz es enceguecedora, iluminando la noche como si fuera un Gran Sol Anaranjado, la gente cubre sus rostros con las manos porque ya no soporta el resplandor, sus expresiones muestran dolor, ya no se los ve tan “autistas”. El Estadio de Racing se convierte en una gran Olla, que se incendia violentamente durante unos segundos, para luego apagarse. El ambiente se silencia por completo, no hay luces, no hay ruidos, todo es obscuridad.

Una semana después,…el mundo esta vacío… no hay gente, no hay ni un signo de vida, nada parece moverse, ni siquiera hay viento.


En el espacio: Un mono chimpancé ciego monitorea desde el satélite en órbita una desierta playa Marplatense…

Una ballena muerta yace en la orilla de la playa sin olas, cerca de ella el monitor registra algo…una fruta podrida, seca…y de su interior, …surge algo,… algo milagroso, …un gusano…-VIDA!...

El mono comienza a llorar…sus ojos ciegos sangran…..y muere.

En la playa las olas comienzan a pegar contra el cadáver de la ballena…


(escrito en algun momento del 2004)

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